Los Gigantes antes de los Gigantes
Sabemos por las crónicas periodísticas que en las fiestas patronales en honor de Ntra. Sra. de la Consolación de 1914 ya había pasacalles de gigantes y cabezudos el sábado de la Salve, víspera del día de la Virgen, que desde tiempo inmemorial se celebra el primer domingo de septiembre.
Pozuelo era una localidad de veraneo en aquella época, y sus fiestas gozaban de reconocida fama en la provincia de Madrid.
Poco más sabemos de aquellos gigantes y no hay noticias de ellos hasta los años sesenta.
Los mayores recuerdan que en esa época había en Pozuelo unos gigantes de estructura de mimbre, una gitana y un flamenco, que eran acompañados por unos cabezudos. Se conservan de ellos unas pocas fotografías, donde se comprueba su mal estado.
Estos fueron sustituidos a principios de los setenta por unos gigantes que representaban a los Reyes Católicos, obras de molde de Aragonesa de Fiestas.
Son los gigantes que recuerda una generación de pozueleros, la que ahora tiene más de cuarenta años, como los gigantes de su infancia.
Estos gigantes y los cabezudos se perdieron en un incendio del almacén municipal donde se custodiaban sin que se planteara nunca su sustitución. De esta forma, desde los primeros años ochenta, Pozuelo se quedó sin gigantes.
La Vuelta de los Gigantes
Fue visitando los San Fermines de 2014 viendo la “devoción” popular que arrastran los Gigantes de Pamplona, cuando un grupo de socios de la Peña el Albero crea el 2 de octubre de 2014 una nueva asociación que nace con una vocación: recuperar la tradición de los Gigantes y Cabezudos y con una nueva manera de ver las cosas: abrirse a los pozueleros de toda condición y talante a través de una asociación familiar de amplia y diversa base social.
Los Primeros Mayorazgos de Pozuelo: Los Primeros Gigantes. Gabriel Ocaña de Alarcón y Mariana Garnica y Ramírez de Haro.
La primera pareja de gigantes recuerda la figura de un pudiente hidalgo, alto funcionario de la corte de Felipe IV que en 1632 adquirió la jurisdicción de la aldea de Pozuelo de Aravaca, dándola el rango de villa con su propio nombre: de Alarcón, quedando incorporada al mayorazgo de la familia.
Gabriel es así el primer mayorazgo de Pozuelo. Fue Caballero de la Orden de Santiago y ocupó algunos puestos de responsabilidad en el Concejo de la Villa de Madrid. Está enterrado en una capilla de la Iglesia del Carmen de Madrid.
Le acompaña su segunda esposa, Mariana Garnica y Ramírez de Haro.
El Diseño
Ambos son contemporáneos de Velázquez y sus ropajes están inspirados en cuadros del genial pintor sevillano. Gabriel, fue secretario personal de Margarita de Austria, cuyo cuadro es la inspiración del espectacular vestido de Mariana.
Él está vestido siguiendo las trazas de retratos de Velázquez de personajes menores de la Corte, ya que Gabriel, pese a su nivel económico y cultural, no provenía de la alta nobleza.
Como funcionario, Gabriel porta una pluma y un cuadernillo de hojas donde llevaba sus notas. Como caballero de la Orden de Santiago, lleva su cruz roja bordada en el pecho.
Mariana, luce en sus manos un abanico y un pañuelo blanco.
Estreno
Fueron estrenados, ante la aclamación de sus vecinos, la tarde del sábado 5 de septiembre de 2015, siendo apadrinados por la Alcaldesa de Pozuelo, Dña. Susana Pérez Quislant y D. Miguel Angel Sanchidrian.
Datos
Pesan 52 kg él y 53,5 kg ella, siendo sus alturas 3,50 y 3,40 metros, respectivamente.
La idea de hacer una pareja de Gigantes con nuestros mayorazgos de la cronista de la villa, Esperanza Morón.
Los Cabezudos
La primera tanda de cabezudos está formada por cinco figuras de muy variado significado:
Los dos abuelos, la amable Blasa y el cascarrabias Celedonio, son un homenaje a la importancia de nuestros abuelos para enseñarnos las tradiciones de nuestro pueblo.
El ferroviario es Bonifacio, un bonachón padre de familia que recuerda vagamente a uno de los fundadores de la comparsa (eso dicen) y que es un entrañable recuerdo a lo que ha sido y es el Barrio de la Estación y la llegada del ferrocarril para Pozuelo de Alarcón.
El punto picante lo ponen Espe, la policía municipal mal encarada que siempre tiene que poner un poco de orden en el desmadre de los otros cabezudos y el genial brujo, Casimiro - pelirrojo, desdentado y un poco vizco - que representa el hechizo de las fiestas.
Se estrenaron en el Dia del Niño del año 2016, que fue 29 de mayo, al año siguiente de los gigantes.
El Espíritu del Cabezudo
Mientras el andar de los gigantes es ordenado y serio, el de los cabezudos es caótico. Lo suyo es ir y venir sembrando carreras y sonrisas a su paso.
Los cabezudos ponen el punto divertido y burlón al pasacalles de la comparsa, repartiendo, según les dé el día, caramelos o vergazos a la chiquillería.
La Verga es un mango de madera al que va atada una red dentro de la cual hay una bola de espuma, con la cual el cabezudo persigue a los muchachos…o a lo primero que pillen.
Por cierto, los nombres de los cabezudos se hicieron por votación popular.
Casilda
En el verano de 2021 se unió al grupo de los cabezudos una traviesa niña de nombre Casilda, que hace una perfecta pareja con la abuela Blasa.
Crispín y Julia
Los dos oficios tradicionales de Pozuelo, en aquellos tiempos lejanos, eran los curtidores y las lavanderas.
La industria del curtido tomó fuerza en Pozuelo a partir del siglo XVIII, llegando a alcanzar sus “fabriquines” (talleres) un reconocido prestigio. La mayor parte de esta industria estuvo asentada en las márgenes del arroyo, en lo que hoy es la calle Campomanes.
Por otra parte, según se asentaba en Pozuelo una importante colonia de burgueses de Madrid, fue creciendo la demanda de mujeres, en su mayoría muy jóvenes que atendieran las labores domésticas, especialmente la del lavado de la ropa, que se hacía en el lavadero de la Poza, levantado a finales del siglo XIX y muy cercano a los talleres de curtido.
Por eso, esta segunda pareja, estrenada el 2 de septiembre de 2017 ante el balcón del Ayuntamiento es un homenaje a la gente humilde de Pozuelo, que han hecho Pozuelo con su trabajo y esfuerzo.
Referencias Históricas
Crispín toma su nombre del patrón de los curtidores y lleva en sus manos una gran cuchilla de descarnar que es una herramienta muy característica de su labor. Su enorme delantal es una badana de piel original y fue donada a la comparsa por el último taller de curtidos regentado por pozueleros.
Julia es una atractiva jovencita que lleva en su brazo un cestillo con la ropa que va a lavar en la Poza.
Su nombre, por idea de la cronista de la Villa, Esperanza Morón, recuerda a Julia Diaz Olaya, una vecina de Pozuelo que pagó de su bolsillo la techumbre del lavadero, comparecida de la dura labor de estas esforzadas mujeres.
Su ropa está inspirada en un cuadro del museo del Romanticismo de Madrid, de unas lavanderas que son cortejadas por unos soldados. Julia es un poco pícara: nos enseña sus enaguas levantando un poco, lo justo, su falda.
Datos Técnicos
Crispín pesa 50 kg y Julia 48 kg Sus alturas son 350 y 340 cm, respectivamente.
El día de su estreno, muchos viejos pozueleros, cuyos padres o madres fueron curtidores o lavanderas, lloraron de emoción.
Se apadrinaron por Francisco M. Barrio y el matrimonio de Paco Sanchez y Carmen Beleña.
Los Gigantillos
Los dos gigantes y los dos cabezudos infantiles son obra de Gigantes Platero (Navarra) y están pensados para que los más pequeños puedan llevar un gigante adaptado a su capacidad física, ya que solo pesan 8 kg.
Son copia de los reyes europeos de Pamplona (Joshemiguelerico y Joshepamunda).
Aunque siempre se les ha conocido como los feos…. no sabemos por qué.
Se adquirieron en 2018.
Los Reyes
Pozuelo tuvo unos reyes gigantes. Y los quiso volver a tener.
Eran los reyes que recordábamos la mayoría de los Pozueleros que fundamos la comparsa en 2014.
Fue el retorno de los reyes.
Pero había que encajar este deseo con el proyecto de la Comparsa….lo que no fue fácil.
Y buscando, buscando…llegó él: Fernando VI, un rey ilustrado que fue el primero en conceder los permisos y cédulas que permitieron el desarrollo de la industria del curtido en Pozuelo de Alarcón, que tan importante ha sido en nuestra historia y que sirvió de inspiración a Crispín, el segundo de nuestros gigantes.
Y claro, con él viene de la mano Bárbara. La encantadora Bárbara de Braganza, la reina portuguesa que impulsó las artes, sobre todo la música y fue una mujer culta y amante de la paz.
De Nuevo, la Inspiración en la Pintura
No faltaron cuadros en los que buscar inspiración y finalmente nos decantamos por un Fernando VI rozando los cuarenta, vestido de capitán general de los Ejércitos, con una deslumbrante coraza de acero y tocado con el fajín del generalato, el Toisón de Oro y la banda azul de los Borbones.
Ella está representada a los 17 años y lleva un espectacular miriñaque para sujetar su graciosa falda. En su mano derecha, una rosa y en la izquierda una graciosa perrita.
El Zenith de Aitor Calleja
Los gigantes son un prodigio de técnica del navarro Aitor Calleja. Las piezas encajan con precisión milimétrica y su montaje es considerablemente complejo, pero el resultado final es…sencillamente espectacular.
Se estrenaron el 31 de agosto de 2019. Fernando pesa unos 52 kg, como Bárbara y sus alturas son 3,5 m él y 3,4 m ella.
El Dr. Ulecia y Martina García
La última pareja de gigantes se unen para narrar una gran historia de valores en el Barrio de la Estación a principios del siglo XX.
Rafael Ulecia es un médico nacido en Cuba. Dedica sus esfuerzos a la pediatría, siendo considerado uno de los padres de esta especialidad en España.
Fundó "La gota de leche"" una institución benéfica destinada a mejorar la calidad de la lactancia en los niños mediante la higienización de la leche. Por eso, lleva en su mano un biberón.
Fue un gran promotor del barrio de la Estación y de la construcción de la capilla del Carmen, Ante la carencia de un escuela, decide con su propio dinero construir una, dotándola de una jovencísima maestra, que es la giganta que le acompaña: Martina García, primera maestra de la Estación.
Martina lleva en su mano una pizarra donde se lee la palabra "Paz"" en homenaje a la esposa del Dr. Ulecia, que se llamaba así y que fue la primera mecenas de sus muchas obras benéficas.
Se estrenaron el 2 de septiembre de 2023, Pesan unos 48 kg, y sus alturas son 3,5 m él y 3,4 m ella.