Un Projecto Basado en la Imagen
En lo estético, la comparsa se concibe con una fuerte inspiración en los modelos más tradicionales del Norte de España, con el objetivo final de lograr cuatro parejas de gigantes acompañados de un número importante de otras figuras menores como cabezudos o caballitos (“kiliquis” en Pamplona).
Cada pareja estará ambientada en una escena o pasaje de la historia de Pozuelo de Alarcón, utilizando para su vestido la inspiración de la pintura española.
De esa manera, los gigantes se convierten en embajadores de Pozuelo fuera de su término municipal y en narradores de su historia ante sus vecinos.
En un claro homenaje a Pamplona, donde nació la idea de nuestra entidad, el uniforme de la comparsa es blanco y rojo y todas sus figuras han sido construidas en los talleres del artista navarro Aitor Calleja, sin duda el más reputado constructor de gigantes del momento, logrando así una maravillosa unidad de estilo entre todos sus personajes.
Elaborados en Pozuelo
De Pozuelo es la vestimenta de los gigantes, realizada con exquisito gusto por el matrimonio formado por Carmen Beleña y Francisco Sánchez Martín.
Los caballetes de madera de haya son obra de la carpintería de Juan Pedro Alvarez, todos ellos socios fundadores de la comparsa.
En el más puro estilo tradicional, todos los gigantes y cabezudos han sido construidos en cartón piedra (armada con cola natural) y pintados al óleo, como si hubieran sido construidos en el siglo XIX.
El Valor de la Música
En los pasacalles o en los bailes, los gigantes se mueven con música de dulzaina y tambor, pero recurriendo a partituras de la música tradicional castellana arregladas a las necesidades de la Comparsa.
El baile de los gigantes debe ser necesariamente corto, por la imposición de sus más de 50 kilos de peso sobre una sola persona, por lo que muchas de las obras que empleamos en nuestro repertorio de jotas y pasodobles, han sido adaptados a una duración menor a los 4 minutos.